El proceso de extracción de la miel comienza con la cosecha de los panales de nuestras colmenas. Luego, en la cámara de extracción, se les retira la capa cera (desoperculado) e, inmediatamente, se introducen en un extractor, que, mediante fuerza centrífuga, extrae la miel. El producto resultante se filtra de las impurezas con una malla fina y se coloca en pequeños tanques, donde se decanta durante unos días. De esta forma, se eliminan sedimentos y burbujas de aire. Posteriormente, se almacena en depósitos de 200 litros.
En todo el proceso se controlan las temperaturas para trabajar en un rango óptimo, sin someter a la miel a un calentamiento que altere sus propiedades. Controlamos, incluso, la temperatura de almacenamiento. Analizamos, además, todos nuestros lotes en los Laboratorios Apinevada como garantía de máxima calidad.
Tras realizar el control de calidad, se procede a envasar toda la miel que cumpla con las exigencias relativas al grado de humedad y otros parámetros.
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